Corazón

¿Para qué sirve el corazón? El corazón es el órgano central del sistema circulatorio. Su función principal es bombear sangre de forma constante para mantener el transporte de oxígeno, nutrientes, hormonas y otras sustancias esenciales a todas las células del cuerpo, al mismo tiempo que retira los productos de desecho, como el dióxido de carbono.

Diferencias en la vida real En Superélite, los humanos han evolucionado mucho más que en la vida real. El corazón que poseen es muchísimo más resistente al desgaste, lo que significa que no sufre tantos problemas como el de los humanos actuales. Puede soportar cargas de sangre mucho mayores gracias a nuestro desarrollo biológico avanzado.

¿Muerte? La muerte ocurre cuando, por alguna razón, el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre. En la mayoría de los casos, esto sucede porque el corazón no puede soportar la presión y, al debilitarse, deja de latir. Es como si fuera un generador: cuando se apaga, ocurre lo que se conoce como muerte clínica.

¿Muerte clínica? La muerte clínica es un término que hace referencia a la muerte médica del cuerpo. En este momento aún es posible evitar la muerte total. Con cierta probabilidad, el corazón puede volver a funcionar si se le aplica presión o una descarga eléctrica. Esto se puede lograr mediante maniobras como la RCP o con un desfibrilador, que puede reactivar el corazón por completo o solo durante unos segundos. Estas maniobras no siempre funcionan, especialmente si el corazón está muy dañado o si el cuerpo tiene menos sangre de la necesaria.

¿Muerte total? Cuando el corazón no puede reactivarse en un plazo de aproximadamente cinco minutos, el cerebro sufre daños extremos por falta de oxígeno. Después de este tiempo, la reanimación del corazón es innecesaria, ya que los daños conducen a la muerte cerebral. En términos simples: aunque el corazón logre latir de nuevo con baja probabilidad, el cerebro ya está muerto. Esta es la muerte total del cuerpo.

Última actualización